Renovación Del Optimismo

El sistema de defensa de misiles de largo alcance se eleva a un nuevo nivel

Redacción THE WATCH

La exitosa prueba del Pentágono de su sistema antimisiles terrestre de defensa de medio curso, conocido como GMD por sus siglas en inglés, el 30 de mayo del 2017, no podría haber llegado en un momento más oportuno. A pesar de la censura mundial, Corea del Norte está acelerando sus pruebas de misiles balísticos intercontinentales de largo alcance, conocidos como ICBM por sus siglas en inglés, con el objetivo declarado de desarrollar un arma con punta nuclear con la capacidad de impactar a los Estados Unidos. Las recientes pruebas de lanzamientos han demostrado la capacidad de Corea del Norte para alcanzar su objetivo antes de lo que muchos expertos habían creído, lo que añade una urgencia renovada al desarrollo de un sistema eficaz de GMD.

El sistema de defensa antimisiles es parte de una amplia gama de esfuerzos por parte de EE. UU., sus aliados y socios para disuadir a Corea del Norte de desarrollar armas nucleares y establecer una defensa contra las mismas. Corea del Norte acordó en la cumbre histórica del 12 de junio del 2018 con el presidente de EE. UU. Donald Trump suspender las pruebas y trabajar en la desnuclearización de la península coreana, sin embargo, los expertos coinciden en que lograrlo podría llevar muchos años.


“Si se le permite continuar con su trayectoria actual, [al líder norcoreano Kim Jong Un] finalmente logrará lanzar un misil con armas nucleares capaz de amenazar la nación estadounidense”.

Teniente General Vincent R. Stewart, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa de los EE. UU.


La prueba exitosa utilizó un sistema de radar marítimo en el Océano Pacífico para rastrear un simulacro de ICBM e introducir datos en el sistema GMD. Un “vehículo de aniquilamiento” equipado con sensores de rastreo se separó de su misil y, moviéndose a velocidades superiores a 6,4 kilómetros por segundo, destruyó el objetivo en el aire al moverse directamente dentro de su trayectoria. “El interceptar un objetivo ICBM complejo y amenazante es un logro increíble para el sistema GMD y un hito crítico para este programa”, dijo en una declaración preparada el Vicealmirante James D. Syring, director de la Agencia de Defensa contra Misiles de los EE. UU., MDA por sus siglas en inglés. “Este sistema es de vital importancia para la defensa de nuestra nación, y esta prueba demuestra que tenemos una capacidad de disuasión confiable contra una amenaza muy real”.

EL RETO

El camino hacia el éxito de la prueba se remonta a la Ley Nacional de Defensa Contra Misiles de 1999, que ordenó al Pentágono crear un sistema capaz de proteger a los
EE. UU. contra un ataque de misiles balísticos de largo alcance. Tres años después, el presidente George W. Bush pidió que se estableciera un sistema viable de defensa antimisiles para 2004. En respuesta, la recién constituida MDA desarrolló un sistema de misiles terrestre para rastrear e interceptar los ICBM en el espacio, antes de que desciendan a la atmósfera.

Utilizando radares terrestres, marítimos y espaciales, el sistema detecta una amenaza y activa el lanzamiento de un cohete propulsor de tres etapas con un misil interceptor. Encima del interceptor hay un vehículo de destrucción exoatmosférica, conocido como EKV por sus siglas en inglés, desmontable con sensores y propulsores a bordo que establecen una trayectoria para colisionar con una ojiva entrante. La colisión se describe como el equivalente de golpear una bala con otra bala. Las precipitaciones del ICBM destruido se producen en el espacio, sin afectar a las poblaciones objetivo que se encuentran abajo. Los objetivos de largo alcance del GMD son diferentes a los de los sistemas existentes en el Pentágono tales como, el Aegis, el Patriot y el de Defensa de Área Terminal de Gran Altitud, conocida como THAAD por sus siglas en inglés, que están diseñados para responder a amenazas de medio y corto alcance.

La MDA alojaba sus misiles interceptores en dos sitios: en Fort Greely, Alaska, una base militar de la Segunda Guerra Mundial restaurada, y en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea en California. Los resultados de las pruebas iniciales mostraron mejoras a lo largo de varios años, incluida una prueba en junio del 2014 durante la cual el sistema GMD destruyó un blanco de prueba que se movía en el espacio aéreo sobre el Océano Pacífico.

30 de mayo del 2017

Después, el 30 de mayo del 2017, la interceptación de un prototipo de ICBM superó todas las pruebas anteriores. La MDA lanzó un misil ICBM desarmado desde el atolón de Kwajalein, lo que provocó el lanzamiento de un misil de intercepción desde la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea. El radar en el Océano Pacífico siguió el rastro del misil mientras que los sensores en una EKV con impulsores de guía de diseño reciente calcularon la velocidad y dirección necesarias para interceptar el objetivo. La colisión directa representó la primera prueba exitosa del GMD con munición real contra un objetivo de clase ICBM.

Una prueba de lanzamiento de un misil intercontinental en esta fotografía sin fecha proporcionada por la agencia de noticias norcoreana en Pyongyang. REUTERS

Los resultados despertaron un mayor optimismo en un programa que busca casi mil millones de dólares para la defensa antimisiles en 2018, cuando se espera tener 44 interceptores terrestres en Fort Greely y en la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, la mayor cantidad en la historia del programa. Un EKV de nuevo diseño se encuentra en desarrollo, el cual podría destruir múltiples objetivos con un solo lanzamiento, así como interceptores y sensores mejorados. La complejidad de la tarea y el historial de pruebas del sistema siguen generando inquietudes entre los críticos. Pero el éxito en mayo del 2017 dio lugar a que la Oficina de Evaluación y Pruebas Operacionales del Pentágono actualizara su evaluación del GMD como una “capacidad demostrada de poder defender a los EE. UU. contra amenazas de misiles de alcance intermedio o intercontinental con solo simples contramedidas”.

AVISOS DE ALARMA

Apenas unas semanas después de esa exitosa prueba, Corea del Norte elevó el nivel de riesgo, lo cual implica que los EE. UU. deben desarrollar y mantener un sistema confiable de GMD. En julio del 2017, los norcoreanos realizaron dos pruebas de lanzamiento de ICBM con capacidad para alcanzar gran parte del territorio de los EE. UU. Siguieron varios lanzamientos más antes de terminar el año. Con base en las evaluaciones del gobierno, Corea del Norte posee ahora la tecnología necesaria para reducir el tamaño de un arma nuclear y colocarla sobre un ICBM, aunque aún no se sabe si esa arma nuclear podría resistir el reingreso en la atmósfera. De cualquier manera, las pruebas eliminaron cualquier duda sobre la capacidad de Corea del Norte para lanzar ICBM que puedan llegar a los EE. UU. continentales.

Esta es una meta que Corea del Norte ha estado desarrollando a un ritmo acelerado. En 2009 probó un misil que violó la suspensión de fuego en Corea de 1953. En los últimos cinco años ha desafiado las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al detonar dispositivos nucleares subterráneos y llevar a cabo docenas de pruebas de misiles, cada una de las cuales ha generado nuevos avisos de alarma. Por ejemplo, los misiles en el pasado eran propulsados por combustibles líquidos que tardaban horas en cargarse, dejándolos vulnerables a ser descubiertos. Los combustibles sólidos que se utilizan actualmente, permiten a los norcoreanos mover un misil desde una posición segura y lanzarlo en cuestión de minutos, dejando poco tiempo para que los países objetivo se preparen. Dentro de 10 años, Corea del Norte podría tener un arsenal nuclear con ICBM y la capacidad de lanzarlos desde tierra, aire y mar, según creen algunos analistas. “Si se le permite continuar con su trayectoria actual, [el líder norcoreano Kim Jong Un] finalmente logrará lanzar un misil con armas nucleares capaz de amenazar la nación estadounidense”, dijo el Teniente General Vincent R. Stewart, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE. UU.

PROLIFERACIÓN

Corea del Norte no es el único país con un sistema de misiles global que representa una amenaza para Estados Unidos o sus intereses en el extranjero. El deseo de Irán de tener un contraataque estratégico contra los Estados Unidos podría llevarle a desplegar un ICBM. Los avances en el programa espacial de Irán podrían acortar el camino hacia una ICBM porque los vehículos de lanzamiento espacial utilizan tecnologías inherentes similares. Rusia tiene una serie de misiles ICBM y misiles de crucero, y China está modernizando sus ICBM y desarrollando submarinos nucleares con misiles balísticos. Estas cifras no incluyen más de 6,300 misiles balísticos que están fuera del control de potencias establecidas como EE. UU., Rusia, China y la OTAN. En la década de 1970 sólo nueve países poseían misiles balísticos. Cuarenta años después, el número es superior a 20 países, e incluye regímenes potencialmente hostiles con vínculos a organizaciones terroristas.

Ese incremento hace que la proliferación de misiles sea una de las mayores amenazas del mundo. Los países sin misiles balísticos pueden ahora adquirirlos rápidamente y ponerlos a disposición de los grupos terroristas. También Corea del Norte, con fondos limitados y sorteando sanciones cada vez más severas, podría vender los excedentes de armas nucleares a estados enemigos. “En vista de la amenaza estratégica que presenta Corea del Norte, la defensa de Estados Unidos contra misiles balísticos intercontinentales sigue siendo la misión de mayor prioridad para USNORTHCOM”, declaró la General Lori J. Robinson, entonces Comandante del Comando Norte de los EE. UU., ante la los Servicios Armados del Senado de los EE. UU.

CONCLUSIÓN

Más allá de sus beneficios materiales, un sistema fiable de GMD afirma el compromiso de EE. UU. de proteger a los aliados y disuadir a los adversarios en cualquier parte del mundo. Puede negar a los regímenes hostiles los beneficios políticos de tener un arma que se puede utilizar para amenazar o chantajear a naciones pacíficas. Puede disuadir la acumulación de sistemas de misiles nucleares al hacerlos obsoletos.

Estados Unidos ha utilizado sanciones económicas y una campaña cibernética para entorpecer el sistema de misiles de Corea del Norte. Si bien esos instrumentos han desacelerado el avance de Corea del Norte y generado atención y presión internacional, aún falta que el régimen norcoreano desmantele su arsenal nuclear. “No tenemos que esperar a que tengan un misil balístico intercontinental con un arma nuclear para decir que ahora [la amenaza] se ha manifestado completamente”, dijo el Secretario de Defensa de los EE. UU., Jim Mattis.