Conducta impredecible

Las Fuerzas Conjuntas consideran la batalla multidominio como la clave para el éxito en el futuro 

Redacción THE WATCH

 

La proliferación mundial de tecnología militar avanzada ha deteriorado hasta cierto punto la ventaja que los EE. UU. y sus socios militares han tenido durante décadas, facilitando que los adversarios amenacen el uso del aire, el mar, la tierra, el espacio y el ciberespacio.

Sin embargo, los Comandantes de los EE. UU., sus aliados y socios se imaginan un campo de batalla diferente. Es un campo de batalla donde las armadas protegen a las fuerzas terrestres y los ejércitos hunden navíos. Es un concepto de campo de batalla que invoca a todos los dominios operativos al mismo tiempo.

El nombre de este salto tecnológico y filosófico a la guerra del siglo XXI se llama batalla multidominio, y los Comandantes ven esta mayor agilidad como la clave del éxito en ambientes complejos.

“Me gustaría ver a las fuerzas terrestres hundir un buque, derribar un misil y derribar a la aeronave que disparó ese misil”, dijo el Almirante de la Marina de Guerra de los EE. UU. Harry B. Harris Jr., entonces comandante del Comando del Pacífico (USPACOM). “Los componentes deben aumentar su agilidad y apoyarse mutuamente en los dominios de guerra”.

Harris, quien hizo los comentarios durante el Simposio y Exposición de las Fuerzas Terrestres del Pacífico de la Asociación del Instituto de Guerra Terrestre del Ejército de los EE. UU., conocido como LANPAC por sus siglas en inglés, en mayo del 2017, dijo que EE. UU., sus aliados y socios, e incluso los componentes de servicio individuales, necesitan estar más cómodos trabajando en un “ambiente complejo en el que nuestras fuerzas conjuntas y combinadas estén operando en todos los dominios”.

Descripción general de la batalla multidominio

El objetivo de la batalla multidominio es facilitar que los servicios integren de forma más eficaz las capacidades de los dominios aéreo, marítimo, terrestre, espacial y ciberespacial para disuadir y, si es necesario, derrotar a posibles adversarios sumamente capaces. Los enemigos plantean amenazas no convencionales, como desde el ciberespacio, la guerra electrónica e incluso los vehículos aéreos no tripulados y los dispositivos explosivos improvisados.

Sin embargo, si la tecnología y las diferentes estructuras de mando militar se integran, EE. UU. y sus socios podrían recuperar la ventaja, señaló Harris. Muchos sistemas tecnológicos específicos de servicios presentan un desafío para poder hacerlo. Los sistemas a menudo no se comunican entre sí, lo cual dificulta la capacidad de los Comandantes para lanzar munición contra los objetivos en el momento oportuno. Los EE. UU. y sus socios necesitan que “nuestro cóctel de diferentes sensores y tiradores se comuniquen entre sí”, dijo Harris. “Idealmente, llegaremos a un punto en el que veremos a la fuerza conjunta como una red de sensores y tiradores, permitiendo que la mejor capacidad de cualquier servicio proporcione fuego entre dominios”.

Eso significa que EE. UU. podría detectar una amenaza y Japón podría eliminarla, o que los sensores australianos podrían detectar un misil y transmitir la información a Corea del Sur.

Para probar el concepto, el Ejército del Pacífico de los EE. UU. o USARPAC por sus siglas en inglés, comenzó a perfeccionar estas capacidades multidominio con socios de la región Indo-Pacífica en el ejercicio denominado Orilla del Pacífico (RIMPAC) en 2018. RIMPAC es el ejercicio internacional de guerra marítima más grande del mundo y se lleva a cabo cada dos años frente a la costa de Honolulu, Hawái.

En 2016 participaron 26 naciones, más de 40 buques y submarinos, 200 aeronaves y 25,000 personas. En 2018, para probar el concepto de batalla multidominio, las fuerzas terrestres estadounidenses y japonesas dispararon un misil desde la costa para contener una amenaza marítima.

El Almirante de la Marina de Guerra de los EE. UU. Harry B. Harris Jr., el entonces Comandante del Comando del Pacífico de
los EE. UU., indica que Estados Unidos enfocará de manera intensiva el adiestramiento militar en batallas multidominio para preparar mejor a las fuerzas para las amenazas actuales. REUTERS

El General Toshiya Okabe, el entonces Jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Autodefensa Terrestre de Japón, dijo que espera con interés el día en que Estados Unidos, Australia y otros vecinos de la región implementen el concepto de batalla multidominio. La interoperabilidad que proporciona, dijo, es esencial para contrarrestar a un posible adversario como Corea del Norte, que sigue desafiando las sanciones de las Naciones Unidas relacionadas con sus pruebas de misiles y armas nucleares.

 

La batalla multidominio “tiene que ser muy eficaz contra Corea del Norte”, indicó Okabe durante LANPAC 2017. También señaló que la cooperación trilateral y la integración de la batalla multidominio entre el Japón, la República de Corea y los Estados Unidos será importante para disuadir al régimen secreto y pretencioso de Corea del Norte.

Okabe se comprometió a brindar cooperación para la seguridad con los países vecinos de Japón, así como con los Estados Unidos. “Proporcionaremos cooperación en materia de seguridad a la ASEAN (Asociación de Naciones del Asia Sudoriental) y a otros países de la región”, dijo Okabe.

Una de las claves del éxito de esas alianzas es reducir la previsibilidad de las operaciones militares, dijo el Gral. David G. Perkins, entonces Comandante del Comando de Adiestramiento y Doctrina de los EE. UU. Si surge un problema en un dominio —por ejemplo, un navío hostil representa una amenaza para las Fuerzas de los EE. UU.— históricamente, se le hubiera pedido a la Marina de Guerra de los EE. UU. que se ocupara de ello. “Tendemos a asignar eso a los dueños del dominio”, dijo Perkins. Sin embargo, el problema que crea es que “si vas tras el enemigo solo con ese dominio, él lo sabe”.

Ventajas principales

Una de las ventajas clave de perfeccionar la batalla multidominio es que presenta al liderazgo militar múltiples opciones para resolver una gama de amenazas. Integra las capacidades de diferentes servicios e incluso fuerzas armadas de otros países para derrotar a adversarios potenciales o estados inconformistas, dicen los Comandantes estadounidenses.

No todos tienen que traer a la mesa capacidades de todos los dominios o invertir fondos en la medida en que los países más grandes pueden hacerlo, dijo Perkins. Por ejemplo, un país podría tener un ejército reducido pero con capacidades cibernéticas superiores, que podrían utilizarse para permitir que las fuerzas conjuntas interrumpan las comunicaciones de las fuerzas militares o la navegación de un adversario.

Un ejemplo hipotético es un país que puede defender sus aguas territoriales, agregó, pero que no tiene una Armada de “aguas azules” para proyectar poderío en el exterior. Tal vez la contribución de ese país podría ser lo que el ejército llama A2AD, o antiacceso y negación de área. Ese país podría defender sus aguas territoriales y al mismo tiempo permitir que EE. UU. colocara equipo militar en una ubicación geográfica de importancia militar para proyectar poderío. “No tienes que hacerlo todo”, dijo Perkins.


“Idealmente, llegaremos a un punto en el que veremos a la fuerza conjunta como una red de sensores y tiradores, permitiendo que la mejor capacidad de cualquier servicio proporcione fuego entre dominios”.

Almirante de los EE. UU., Harry B. Harris Jr. Anterior Comandante del Comando del Pacífico de los EE. UU.


A2AD es una estrategia que utiliza principalmente misiles balísticos basados en tierra o de crucero y de superficie a aire para superar las capacidades de un oponente. Se utilizan para atacar los buques, aeronaves y sitios terrestres críticos de un enemigo. El progreso que los enemigos potenciales han tenido en todo el mundo en este campo ha hecho necesarios, en parte, el cambio hacia la batalla multidominio y planes de guerra menos predecibles, dicen los Comandantes estadounidenses.

Contexto regional

El rápido crecimiento de las economías, los ejércitos y las tensiones en la región Indo-Pacífico requieren un plan de batalla más sofisticado, escribió el general Robert B. Brown, Comandante General de USARPAC, en un artículo sobre la batalla multidominio.

La región cuenta con 36 países, más de la mitad de la población mundial, tres de las mayores economías del mundo y siete de los mayores ejércitos. Están ocurriendo cambios tecnológicos dramáticos como las capacidades de vehículos no tripulados, aprendizaje robótico, inteligencia artificial y grandes datos, que aumentan la competencia de ejércitos entre rivales, dijo Brown. Muchas de estas nuevas herramientas tecnológicas dependen del uso de la conectividad digital, por lo que las defensas cibernéticas son primordiales.

Si a esto le sumamos una región que se enfrenta a retos de seguridad cada vez mayores, dijo, la necesidad de una batalla multidominio es obvia. La región se enfrenta a algunos de los retos más difíciles del mundo. Corea del Norte ignora las sanciones de las Naciones Unidas con su tecnología de misiles con una capacidad cada vez mayor. China desafía las normas internacionales al militarizar el Mar del Sur de China, y Rusia está activa en la región con una postura militar cada vez más provocativa, comentó.

“La amenaza más peligrosa en el Indo-Pacífico proviene de los participantes regionales con arsenales nucleares y la intención de debilitar el orden internacional”, escribió Brown. “Capacidades sofisticadas de negación y fuerzas menos que militares manejadas por el estado pero respaldadas por grandes ejércitos con líneas interiores de comunicación crean el peligro de hechos consumados”.

Toma de riesgos

Luchar contra enemigos impredecibles requiere un cambio de cultura. La implementación del concepto de batalla multidominio en la Marina de Guerra, el Ejército, el Cuerpo de Infantería de Marina y la Fuerza Aérea requerirá un adiestramiento intensivo y un cambio de cultura desde los niveles más altos del ejército, dijo Harris.

Se deben realizar mejoras tecnológicas para que la detección de amenazas y los sistemas de armas puedan comunicarse entre sí, tanto entre las Fuerzas Armadas de los EE. UU., como potencialmente con los países socios. “La fuerza conjunta debe tener soluciones más rápidas, de mayor alcance, más precisas, más letales y, lo que es más importante, más rentables y basadas en recursos”, dijo Harris.  “No soluciones refinadas que quiebren la banca”.

El General Toshiya Okabe, anterior Jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Autodefensa Terrestre de Japón, prometió cooperación para la seguridad a sus vecinos y aliados, y dijo que está entusiasmado con la perspectiva de que los países de la región implementen la batalla multidominio. SARGENTO DE SEGUNDA CLASE DEBRALEE BEST/EJÉRCITO DE los EE. UU.

Hablando del cambio de cultura que se requerirá en un universo donde los servicios militares operan sus propios presupuestos y sistemas tecnológicos, Harris comentó: “Veo nuestra cultura de aversión al riesgo y sacudo la cabeza”.

Cambiar esa cultura, dijo, exige un esfuerzo sostenido. “Debemos incorporar este concepto en la forma en que nos adiestramos durante todo el año”, dijo Harris. “Todos sabemos que los combates de mañana se ganan durante el adiestramiento de hoy”.

El Ejército, en su descripción de la batalla multidominio, reconoció que se requieren cambios culturales y tecnológicos. “El almirante Harris ha pedido al Ejército que hunda buques, neutralice satélites, derribe misiles, niegue el mando y control a las fuerzas enemigas y restrinja el movimiento marítimo. Para apoyar ese objetivo, la fuerza conjunta debe integrar en su totalidad sus sensores y sistemas de armas, más de lo que lo ha hecho anteriormente. Colectivamente, debemos ser escépticos en cuanto a los sensores y a los tiradores”.

Perkins dijo que el adiestramiento compartido y la educación militar profesional serán clave para impulsar esta interoperabilidad entre los servicios y entre los ejércitos amigos. “Cuando nos adiestramos juntos, se resuelven los problemas”, dijo Perkins. “Además, se establecen relaciones”.

Al hablar de la naturaleza más ágil e interoperable de las fuerzas armadas del mañana, Harris la comparó con las empresas de transporte compartido como Uber y Lyft, que proporcionan aplicaciones que detallan servicios específicos. “En lugar de compartir el viaje”, dijo Harris, “estoy buscando compartir el objetivo”.

Con enemigos más sofisticados, añadió, hay mucho en juego. “Nuestro país debe mantener una potencia de combate creíble en colaboración con aliados y socios de ideas afines para preservar el acceso sin obstáculos al patrimonio natural de la humanidad”, comentó. “Está en juego la libertad, la justicia y el orden internacional basado en normativas”.